domingo, 14 de diciembre de 2008

EL FUNCIONALISMO


El pionero de esta perspectiva fue Michael Alexander Kirwood Halliday. Nacido en 1925, estudió literatura y lengua china, más adelante realizó un doctorado en lingüística. Una de sus obras más importantes e influyentes es “El lenguaje como semiótica social” y actualmente es profesor de lingüística en una reconocida universidad australiana.
El funcionalismo surgió en la conocida escuela de Praga, reconocida por personajes importantes como Mathesius, Jakobson y Trubetskoy, quienes postularon que las estructuras fonológicas, gramaticales y semánticas de un sistema están exclusivamente determinadas por las funciones que estas puedan ejercer en los diferentes contextos sociales dentro de una comunidad. Estas ideas ayudaron a Halliday quien, junto con otros colegas, dieron forma a la escuela de Londres, en la cual, después de haber estudiado las ideas relacionadas con el estructuralismo y el funcionalismo, distinguieron tres grandes funciones: pragmática, mágica y narrativa. Estas funciones sentaron bases importantes para toda la estructura funcionalista.
Halliday afirmó que el lenguaje es una semiótica social, lo que quiere decir que el lenguaje es un sistema de signos, con el cual las culturas se pueden construir y evolucionar, quiere decir que las opciones lingüísticas en una comunidad se ven altamente diferenciadas dependiendo de la situación en la que se encuentra el hablante, o sea que cumplen una función específica en un momento específico, estas dilucidaciones le permiten llegar a exponer dos grandes funciones del lenguaje: ideacional e interpersonal; y una tercera función sin la cual las dos anteriores no podrían operar: textual. Halliday denomina estas funciones como “macro-funciones” del sistema, y afirma que recíprocamente, existen “micro-funciones’’ las cuales nos ayudan a expresar las ideas según la situación que afrontemos (disculparse, ordenar, solicitar, etc.) distingue 7 micro-funciones: instrumental, regulatoria, interaccional, personal, heurística, imaginativa e informativa.
Estas funciones, según Halliday, se van presentando a medida que el hombre crece y es capaz de asociar sonidos con significados, para luego ser capaz de meterse de lleno en el sistema multi-funcional que los adultos manejan en su comunidad. Con esto el niño podrá ir aprendiendo estructuras, vocabulario y será capaz de proponer oraciones que lo comprometan en una conversación y así empezar a ser individuo activo en su círculo social. Luego las micro-funciones se van dando paulatinamente a medida que el hombre se desarrolla junto con su capacidad verbal y textual.
En las ideas de Halliday, encontramos lo que se denomina teoría sistemática, la cual nos presenta una gramática como una vasta red de opciones para poder analizar un texto, teniendo en cuenta el discurso y no solamente las oraciones que se forman, lo que nos ayudaría a descifrar los rasgos más específicos de una lengua. Entonces se toma el lenguaje como una gran red que retiene gran cantidad de estructuras, relacionadas cada una, con el fin de que las personas puedan significar mediante las opciones presentadas, dependiendo de la función social que requieran en dicho momento.
Las ideas funcionalistas buscan varios fines como por ejemplo: Comprender la naturaleza y las diversas funciones del lenguaje, y su utilidad; estudiar la evolución de las lenguas, proponer métodos apropiados para la enseñanza de una lengua extranjera y tratar de explicar la relación que existe entre lenguaje y cultura. En conclusión se ve al lenguaje como un sistema que tiene una función social, la cual se puede ir verificando mediante la gramática, la cual es la que nos ayuda a expresar los diversos significados que coexisten dentro de un determinado sistema.




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